Ni siquiera habían comenzado los Juegos Olímpicos y ya Londres
estaba rompiendo récords: nunca antes una ciudad había albergado tantos Juegos,
nunca antes habían sido tan costosas, nunca antes se habían puesto en venta
tantos boletos.
Ya en las pistas de atletismo, en las piscinas y en las calles de la capital
británica, los atletas refrendaron esas marcas con actuaciones que también
dejaron huella.
Como en Pekín, hace cuatro años, en Londres hubo un indiscutible rey del agua
y también resplandeció un rayo.
El equipo de relevos 4x100m femenino de Estados Unidos impuso una nueva marca
mundial.
El estadounidense Michael Phelps se consagró como el atleta con más medallas
olímpicas en la historia, mientras que el jamaiquino Usain Bolt despejó las
dudas tras una temporada de lesiones para confirmar su puesto como el mejor
velocista de todos los tiempos.
Bolt es el primero en ganar los 100 y 200 metros planos en dos Juegos
consecutivos (con récord olímpico incluido en Londres 2012).
Él y Phelps fueron las dos figuras indiscutidas de Londres 2012 y las que más
acapararon la atención.
Pero no fueron los únicos que brillaron en unos Juegos Olímpicos que sentaron
innumerables precedentes.
Hazañas acuáticas
El 31 de julio de 2012 es una fecha inolvidable en la historia de los Juegos,
pues Phelps logró acumular ese día 19 medallas y superó a la gimnasta soviética
Larisa Latynina.
Pero más allá del nadador estadounidense, el Centro Acuático fue el escenario
en el que se rompieron varios récords mundiales -un logro de particular
relevancia si se tiene en cuenta que estos fueron los primeros Olímpicos desde
que se prohibieron los trajes de baño de alta tecnología.
El sudafricano Cameron van der Burgh batió la marca en la final de los 100
metros pecho y la estadounidense Dana Vollmer lo hizo en la final de los 100
metros mariposa.
En los 200 metros pecho, tanto en femenino como en masculino se rompió la
marca global: la estadounidense Rebecca Soni se impuso en las mujeres y el
húngaro Daniel Gyurta fue invencible entre los hombres.
Mención aparte merecen dos jóvenes: la también estadounidense Missy Franklin
y la china Ye Shiwen.
La primera, de 17 años, ganó la medalla de oro de los 200 metros espalda
batiendo el récord mundial en más de medio segundo (a lo que sumó otra marca
global en el relevo 4x100 combinado).
La segunda, un año menor, ganó la final de los 400 metros estilos individual
y además nadó los últimos 50 metros más rápido que el ganador del evento
masculino, el estadounidense Ryan Lochte.
Como explicó el columnista de BBC Mundo Raúl Faín Binda, "nunca hasta ahora,
en la historia de los Juegos Olímpicos, una mujer había sido más rápida en un
tramo de cualquier distancia que el ganador varón de la carrera
equivalente".
Esa hazaña fua calificada de "imposible" por un entrenador de alto rango de
Estados Unidos, dando pie a todo tipo de especulaciones sobre un supuesto
dopaje, que la atleta negó.
Más rápido, más fuerte
Lejos del agua también hubo estrellas, como quedó evidenciado desde el primer
día de competencias.
Ese día, los primeros récords mundiales estuvieron a cargo de Im Dong-hyun,
de Corea del Sur, en tiro con arco individual y por equipos. Lo sorprendente es
que el atleta es técnicamente ciego.
Otro dato sorprendente llegó en la halterofilia, donde se rompieron 44
récords olímpicos o mundiales, según las estadísticas oficiales de Londres
2012.
Y no podían faltar los de atletismo: el equipo de relevos 4x100m femenino de
Estados Unidos impuso una nueva marca mundial, así como el keniata David Lekuta
Rudisha en los 800 metros planos. Bolt y sus colegas jamaiquinos dejaron su
marca, al pulverizar el récord mundial en los relevos de 4x100m.
En el velódromo también hubo emociones, especialmente para los británicos,
que no sólo lograron siete medallas de oro en diez competencias sino que, en el
proceso, rompieron varios récords mundiales (como en velocidad masculina por
equipos y persecución femenina y masculina por equipos).
Y si en el ciclismo de pista se rompieron marcas, en la contrarreloj de ruta
también hubo una hazaña, pues el británico Bradley Wiggins se convirtió en el
primer hombre en ganar el Tour de Francia y el oro olímpico en el mismo año.
Otro momento estelar se vivió en voleibol de playa.
Las estadounidenses Misty May-Treanor y Kerri Walsh Jennings no sólo lograron
la mayor cantidad consecutiva de medallas de oro en ese deporte, sino que lo
hicieron con unos resultados impresionantes: ganaron 21 partidos olímpicos
consecutivos entre 2004 y 2012, se impusieron en 42 sets y sólo perdieron
uno.
Enlace relacionado: Mis Quijotadas. Los héroes olímpicos
Fuente:BBC Mundo.
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