11 de enero de 2014

12 AÑOS DE LA CÁRCEL DE GUANTÁNAMO

 
Cerrar el centro de detención, la promesa incumplida de Obama

Doce años de Guantánamo

Djamel Ameziane huyó de su natal Argelia y pasó por Austria, Canadá, Afganistán y Pakistán. Fue vendido a EE.UU. y estuvo 12 años detenido en Guantánamo. Luego fue transferido de vuelta a su país, donde su vida corre peligro.       
 
 
 
Hoy se cumplen 12 años desde que llegaron los primeros detenidos a Guantánamo, esa base naval estadounidense que es ilegal por hallarse en territorio ocupado, en Cuba, y por mantener tras las rejas a individuos que llevan más de una década sin ser juzgados y a otros cuya liberación ya ha sido aprobada por el gobierno estadounidense. Otra de las ilegalidades recientemente cometidas en el centro de detención consiste en el traslado forzoso de prisioneros a países donde sus vidas corren peligro. Esa es la historia de Djamel Ameziane, quien fue trasladado a su natal Argelia, lo que según sus abogados “sólo agrava los años de sufrimiento e injusticia que ya ha enfrentado en Guantánamo”.
 
Charles Abbott, abogado del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil, siglas en inglés), le cuenta a El Espectador la historia de Ameziane: cuando ya era egresado de la universidad y dominaba varios idiomas, Ameziane huyó de la guerra civil de Argelia a principios de los años 90. Temía ser perseguido por pertenecer a la etnia minoritaria bereber. Vivió y trabajó legalmente en Viena, como chef de un lujoso restaurante, hasta que en 1995 el gobierno austriaco no le renovó la visa y tuvo que salir del país. Luego fue a Montreal en busca de asilo, pero después de cinco años en Canadá no lo consiguió.
 
“Cuando le negaron un refugio permanente, y aún temiendo la tortura, la persecución u otros malos tratos en Argelia, Ameziane huyó a Afganistán en 2001. Tras la invasión de EE.UU. a ese país, huyó hacia Pakistán, pero fue capturado y vendido por paquistaníes a las fuerzas armadas estadounidenses, que lo enviaron a Guantánamo en febrero de 2002”, dice Abbott.
 
Ameziane estuvo privado de su libertad hasta el 5 de diciembre de 2013. Nunca se le imputaron cargos y en 2008, seis años después de llegar al centro de detención, el gobierno estadounidense admitió que tenerlo tras las rejas no cumplía ningún propósito militar y aprobó su traslado. Abbott dice que ese año presentó, junto con otros colegas de Cejil, el caso de Ameziane ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que emitió medidas cautelares que le prohibían a EE.UU. enviar al detenido a Argelia, porque allí podría ser perseguido.
 
Además, en 2012, la CIDH declaró admisible una petición de Ameziane, que se convirtió en el primer caso emblemático a nivel internacional sobre el centro de detención en Guantánamo.
 
El relator especial de la ONU sobre la tortura, Juan Méndez, ha explicado a este diario que la obligación de no devolución (non refoulment) es un principio del derecho internacional según el cual no se puede enviar a una persona a un país donde pueda ser sometida a persecución, tortura u otros malos tratos. Desde que Méndez era presidente de la CIDH, esta instancia dejó claro, mediante resoluciones, comunicados, audiencias y medidas cautelares, que EE.UU. tiene la obligación internacional de proceder con el cierre inmediato de Guantánamo, pero los detenidos deben ser transferidos a sus países de origen o a un tercer país, para evitar que corran cualquier peligro.
 
Sin embargo, dice Abbott, “en clara contravención de sus obligaciones internacionales, y específicamente de las medidas cautelares emitidas por la CIDH, el gobierno estadounidense concretó la transferencia forzada de Ameziane al gobierno argelino el 5 de diciembre de 2013”. Dicho traslado forzoso ha provocado el rechazo inmediato tanto de la CIDH como de los relatores de la ONU sobre la tortura y el contraterrorismo. Estos organismos han demostrado que “el traslado de Ameziane es una violación flagrante del derecho internacional, por lo que el Estado debe rendir cuentas”.
 
Hoy, mientras se realizan múltiples protestas exigiendo el cierre del centro de detención, muchos se preguntan si el presidente Barack Obama ha tenido el compromiso real de cerrar Guantánamo. Esa fue una de las principales promesas de su primera campaña presidencial, que entre otras le dio impulso para ganar el Nobel de Paz. En los últimos meses, la Casa Blanca ha anunciado los traslados de algunos presos argelinos y ayer se conoció que piensa liberar al yemení Mahmud Abd Al Aziz Al Mujahid, quien fuera escolta de Osama bin Laden y lleva 12 años detenido.
 
Sin embargo, en palabras de Abbott, “el hecho de que Guantánamo siga abierto hoy refleja la brecha entre las obligaciones internacionales y la actuación del Estado. Si bien hemos visto que EE.UU. ha anunciado la adopción de algunas medidas, como el nombramiento de dos nuevos enviados especiales para su cierre, el traslado voluntario de algunos detenidos y la aprobación de legislación que lo facilitará, queda por ver si Washington realmente tiene una hoja de ruta para cerrar Guantánamo”.
 
Aunque el Congreso, dominado por el Partido Republicano, ha planteado obstáculos jurídicos para que Obama cumpla su promesa, la decisión de cerrar la prisión está en manos del presidente. Al menos así lo explica Juan Méndez a este diario: “Como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el presidente tiene facultades constitucionales para cerrar el penal. No dudo de que Obama quiera cerrar Guantánamo, pero dudo de si está dispuesto a hacerlo usando las atribuciones y poderes que le corresponden”.
 

 ¿Qué pasa hoy en Guantánamo?

Según el Centro para la Justicia y el Derecho Internacional, actualmente 155 personas siguen privadas de su libertad en Guantánamo.
 
De este grupo, se ha aprobado el traslado de 79 a otro país, pero siguen detenidos. EE.UU. designó a otros 46 para detención indefinida sin cargos o juicio. La mayoría de las personas detenidas son de nacionalidad yemení.
 
El 3 de diciembre de 2013 el Departamento de Defensa de EEUU dejó de publicar el número de detenidos en huelga de hambre desde febrero y el número de personas sometidas a alimentación forzosa.

Hasta el 2 de diciembre de 2013, según la misma oficina, 15 personas seguían sometidas a alimentación forzosa.


Enlace relacionado:  Mis Quijotadas. La mancha de guantánamo.
 
 
Fuente:El Espectador.

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