Yasser Arafat
Casi una década después de la muerte del líder palestino Yasser
Arafat, tres equipos de científicos están llevando a cabo exámenes en sus restos
para determinar si pudo haber sido envenenado con polonio-210.
Es el mismo elemento raro y altamente radiactivo que mató al exespía ruso
Alexander Litvinenko en 2006.
Si bien la tumba de Arafat fue sellada de nuevo tras la exhumación, se espera
que los resultados de los exámenes tarden al menos varios meses.
La investigación genera preguntas importantes sobre cuánta evidencia pueden
esperar hallar los expertos a estas alturas, y si podrán sacar conclusiones
definitivas.
Nuevos problemas
En marzo, los primeros hallazgos de polonio-210 en muestras de orina, sangre
y ropa de Arafat fueron consideradas inconclusas.
Según los expertos, la evidencia puede haber sido contaminada tras su
muerte.
Pero incluso si las nuevas pruebas confirman la presencia de polonio-210, los
científicos se enfrentarán a un nuevo problema: determinar si los niveles eran
suficientemente elevados como para haber matado al líder palestino.
Para Bertrand Ludes, el director del Instituto de Medicina Forense de
Estrasburgo, el lapso de tiempo es menos relevante si se compara con las
conclusiones científicas.
"Si ha habido envenenamiento con polonio, habrá penetrado los tejidos
corporales profundamente y todavía hoy podrá ser detectado", le dijo a la
BBC.
Según Ludes, los temas verdaderos alrededor de Arafat surgirán una vez los
científicos completen su trabajo.
"Dado que el polonio no está presente de manera natural ni en el cuerpo ni en
la tierra, uno puede asumir que Arafat puede haber estado expuesto a él de otras
maneras", dice.
"Por eso es importante distinguir entre lo que la ciencia puede y no puede
responder. La ciencia puede analizar la cantidad y calidad del polonio, pero no
puede revelar cómo llegó ahí en primer lugar. Eso es un tema para una
investigación criminal".
Falta de contexto
Sin embargo, el patólogo forense Stuart Hamilton dice que ocho años es mucho
tiempo de espera para realizar un examen.
Encontrar respuestas puede ser "muy problemático", de acuerdo con este
experto británico que tiene experiencia en exhumaciones.
"Mientras más dure el intervalo entre la muerte de alguien y las pruebas, más
difícil será hallar la información necesaria y más difícil será interpretarla",
le dijo al programa Newsday de la BBC.
Interpretar la información es una parte esencial de la patología forense,
pues la evidencia física frecuentemente no es suficiente para obtener
respuestas, añadió.
Los científicos necesitan el contexto para llegar a comprender realmente cómo
alguien murió. Mientras más pase el tiempo, más difícil será entender las
circunstancias que rodean la muerte.
"En su sentido más simple, si sí identifican polonio o material radiactivo,
no necesariamente responde por qué está muerto si uno no tiene la hipótesis
alternativa que se presentó inicialmente", dijo Hamilton.
"El pensamiento inicial fue que tuvo un derrame. Es probable que el cerebro
se haya desintegrado a estas alturas, por lo que va a ser muy difícil ver
incluso si este puede haber sido el caso".
Si realmente se encuentra polonio-210 en el cuerpo de Arafat, será difícil
calcular la cantidad exacta en el momento de su muerte.
El elemento radiactivo tiene una vida media de 138 días, lo que significa que
los niveles se reducen en 50% cada 138 días.
Ya habían pasado unas 21 medias vidas cuando los científicos hallaron rastros
del material por primera vez, en marzo.
"Tratar de interpretar en retrospectiva qué niveles de radiación hubo hace
ocho años y si fueron suficientes para ser fatales va a ser muy, muy difícil",
dijo Hamilton.
"Les va a llevar mucho tiempo y mucha experiencia a estos científicos sacar
los hechos con cuidado y luego interpretarlos en el contexto del cuerpo".
Dadas las incertidumbres que hay en este análisis forense, es probable que
los resultados de los exámenes también sean discutibles en una corte,
añadió.
Fuente:BBC Mundo.
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