Hará más énfasis en prevención y salud que en persecución policial. Presupuesto aumentará un 16%.
Muy en línea con la tendencia que se está imponiendo en América Latina, la Casa Blanca presentará hoy una nueva estrategia antidrogas que se aleja de la prisión como castigo predilecto y hace énfasis en el tratamiento para controlar el consumo de sustancias ilícitas.
En el documento, obtenido por EL TIEMPO, el presidente Barack Obama delinea una política que, según dice, estará "basada en la ciencia" y aborda el problema como un asunto de "salud publica y seguridad ciudadana".
Con ese objetivo el plan incluye unas 100 iniciativas que buscan reducir el consumo, expandir la prevención y alternativas al encarcelamiento.
Los programas y reformas en esta estrategia 2013 están basados en décadas de investigación científica que demuestran que la adicción es una enfermedad crónica que se puede prevenir y tratar y no es una falla moral del individuo.
La estrategia ordena a las agencias federales a expandir sus programas comunitarios para prevenir el uso de drogas antes que este se presente; da poder a los médicos para intervenir ante los primeros síntomas de una adicción; expande el acceso al tratamiento para los que lo necesitan, y respalda a los millones de estadounidenses que están en recuperación, dice el documento, que será revelado hoy en Baltimore por el Zar Antidrogas de EE. UU. Gil Kerlikowske.
Para financiar la iniciativa, la Casa Blanca le ha solicitado el Congreso 10.500 millones de dólares que se gastarían en el 2014 y que representan un 16 por ciento de aumento comparado con el 2012.
De acuerdo con la administración, se trata del incremento más grande en tratamiento y prevención que se recuerde en la historia reciente de la lucha contra las drogas y representa más de lo que EE. UU. ha invertido en el Plan Colombia a lo largo de la última década.
Adicionalmente han pedido 9.500 millones de dólares para financiar a las agencias antidrogas, 3.700 millones para interdicción y unos 1.500 millones para cooperación internacional, de los cuales Colombia recibiría 320 millones.
Aunque la estrategia reconoce que la lucha contra las drogas incluye un componente policial, sostiene que EE. UU. no puede salir del problema a punta de encarcelamientos y por lo tanto respalda una serie de reformas a la justicia penal que prevén el tratamiento en lugar de la prisión para delincuentes no violentos arrestados por posesión o consumo.
Así mismo, respalda programas que identifican a los delincuentes que sufren de trastornos por consumo de sustancias con el fin de referirlos a servicios comunitarios en lugar de enviarlos a las cárceles.
También ofrece respaldo a nueva ley que obligaría a las aseguradoras de salud a ofrecer cubrimiento a personas que padecen trastornos como consecuencia del uso de drogas.
Según la Administración, expandir el acceso al tratamiento es clave pues de acuerdo con las estadísticas del 2011 solo 2,3 millones de personas, entre 23 millones que requerían asistencia por consumo de drogas, recibieron algún tipo de ayuda.
En el plano internacional, la estrategia sostiene que el problema de la droga requiere una solución compartida y afirma que “todos los países deben considerar la política de drogas como un problema de salud y seguridad pública que requiere una respuesta moderna, basada en la evidencia”.
Con ese fin, el plan dice respaldar -con fondos- el tratamiento y la prevención a nivel mundial y ofrece alternativas económicas para agricultores en regiones del mundo susceptibles a la producción y el tráfico de drogas.
El Plan de Obama coincide con una serie de recomendaciones que hará la OEA en los próximos meses y que también apuntan a un enfoque diferente en la lucha contra las drogas.
Las recomendaciones de la OEA son producto de un acuerdo alcanzado por los países del Hemisferio en la pasada Cumbre de las Américas en Cartagena, en la que se pidió explorar alternativas al statu quo.
Fuente:El Tiempo
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